viernes, 25 de abril de 2008

María Chiquitín, el tambor coriano

Tambor coriano: María Chiquitín

Inicialmente, se afirma que María Chiquitín se residenció en una de las calles de lo que hoy erróneamente se conoce con el nombre de Las Panelas, distante a seis casas de donde residía “El Enmochilao”, excelente tamborero que se la pasaba lavando carros en el sector. La familia de los Stekman, durante mucho tiempo, interpretó sus instrumentos musicales con el Maestro Miguel Lugo, a quien se le reconoce como el introductor de los “diez sones” en el tambor coriano. El marido de María Chiquitín le había introducido variantes y modalidades a este singular arte creador, en este caso asociado con un instrumento musical de origen africano que había hecho su entrada, según algunos de nuestros informantes, a través precisamente de Curazao.

Refiere la señora Ana Lucía Pirona que María Chiquitín conoció a su abuela en Curazao. María Chiquitín vivía en una casita al lado de la casa de sus padres, que es la misma que habita Lucía actualmente .Era una excelente repostera, por lo que esa calificación le permitió trabajar de cocinera en la casa de Ana Jatar. Hacía sus labores de doméstica hasta el mes de diciembre, cuando empezaban las fiestas de navidad. Nunca habló castellano, según su vecina “puerta con puerta”, la propia Ana Lucía, quien afirma que la vio hasta poco antes de su muerte. Según ella, María Chiquitín vivió también en la calle El Sol.

Los prejuicios sociales persiguen a los artistas, quienes, por su condición de seres especiales, logran la aclamación o la mala fama. Para María Chiquitín el tambor era su vida. Le apasionaba ese instrumento y le gustaba también beber “caña”.

Calle Federación con calle Nueva, donde se afirma vivió María Chiquitín.

Refiere nuestra informante que el doctor Mario Jacobo Penso escribía muy bien, pero en uno de sus libros aparece una foto de María Chiquitín, que no es la de esa destacada mujer.

María Chiquitín sacaba el tambor de su casa y lo paseaba por las calles del barrio. En cierta ocasión incluso lo hizo pasar cerca del Club Bolívar. Durante cierto tiempo la sociedad fue tolerante con esta tradición. Según varios testigos, las esposas de los señores godos atizaron los ánimos para poner a la sociedad en contra de que el tambor continuase desfilando por los espacios públicos próximos a la zona residencial donde ellos vivían. Una atmósfera semejante había contribuido, en 1903, al dictado de un decreto de la Alcaldía que prohibía la salida del tambor coriano.

Cuando esta popular innovadora muere, existe el criterio en el barrio de que se apaga el tambor de Curazao, importante referente musical que orientaba el desarrollo de un tambor propio de Coro. En efecto, desde nuestro punto de vista, en la cultura los espacios vacíos o débiles son rellenados por otros más fuertes que los dominan y esto ocurriría cuando se dibujaba la circunstancia que acabamos de mencionar .El auge de la gaita y el boom del petróleo coinciden con el fenómeno de la inmigración de zulianos a Falcón. Se impone, pues, estudiar cómo la música del Estado Zulia influyó en la local, de manera particular debe indagarse en este caso su repercusión en el complejo músico-danzario denominado tambor coriano Desde tiempos remotos, el cacho de vaca había sido el rústico instrumento que acompañó al tambor, que no se tocaba entonces con furro ni con charrasca.

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